Estas piezas –llamadas fengzhao en chino– son muy populares entre los chinos, por lo que la noticia ha generado una amplia molestia.
De hecho, algunos cibernautas han acuñado el término Jiangshi Fengzhao o patas de pollo zombi, mientras que otros bromean al señalar que éstas pueden “tener un sabor a historia”.
Las autoridades afirman que la mayoría de las piezas fueron importadas a ese país y que quienes las comercializaban usualmente las hundían en peróxido de hidrógeno (agua oxigenada), a fin de hacerlas lucir frescas, aunque esta práctica está prohibida en China.